Todo parece perfecto tras una instalación nueva: el suelo está nivelado, limpio y visualmente impecable. Pero al poco tiempo, algo falla. El suelo cruje, se levanta o empuja las paredes. En muchos casos, la causa es clara y suele pasar desapercibida: no se dejó la junta de dilatación necesaria. En este artículo se explica qué puede ocurrir si se omite este paso, por qué es tan importante y cómo evitar problemas a futuro relacionados con la dilatación en suelos de madera.
¿Qué es una junta de dilatación?
La madera es un material vivo. Reacciona a los cambios de temperatura y humedad. Se expande con el calor o la humedad, y se contrae con el frío o el ambiente seco. Este movimiento natural puede parecer imperceptible, pero a gran escala, afecta de forma directa a la estructura del suelo.
Una junta de dilatación en suelos es un pequeño espacio que se deja entre el borde del suelo de madera y las paredes, columnas, puertas u otros elementos fijos. Ese espacio permite que la madera se mueva sin que se generen tensiones o deformaciones.
¿Por qué es tan importante dejar juntas de dilatación?
Si se instala una tarima flotante sin dejar estos espacios, el suelo queda completamente atrapado. Al expandirse por calor o humedad, las lamas presionan unas contra otras y también contra las paredes. Como no tienen espacio para moverse, esa presión puede provocar levantamientos, abombamientos o daños irreversibles.
Por eso, la dilatación en suelos de madera es una necesidad estructural, no un capricho técnico. Ignorarla puede implicar tener que desmontar e instalar de nuevo todo el suelo.
Problemas comunes por no dejar junta de dilatación
1. Suelo levantado o abombado
Uno de los efectos más visibles es el levantamiento de las lamas en ciertas zonas. Esto ocurre cuando no pueden expandirse horizontalmente y se curvan hacia arriba.
2. Crujidos al caminar
La falta de juntas puede generar puntos de fricción entre lamas o contra la pared. Esto provoca ruidos molestos al pisar, incluso si el suelo está nuevo.
3. Puertas que rozan o no cierran
Cuando el suelo se abomba, puede elevarse varios milímetros. En algunos casos llega a bloquear puertas o alterar el nivel del rodapié.
4. Daños en rodapiés y paredes
La presión lateral ejercida por la madera al expandirse puede empujar los rodapiés o generar pequeñas fisuras en paredes de cartón yeso o ladrillo.
¿De cuánto debe ser la junta de dilatación?
La medida estándar recomendada suele estar entre 8 y 12 mm. Este margen puede variar según el tipo de madera, el tamaño de la estancia y el sistema de instalación.
Cuanto más grande es el espacio, mayor debe ser la junta. En viviendas de más de 10 metros de largo, puede ser necesario colocar juntas intermedias, disimuladas con perfiles metálicos o de madera.
¿Dónde deben colocarse estas juntas?
- En todo el perímetro del suelo, incluyendo esquinas.
- Alrededor de columnas, marcos de puertas y otros elementos fijos.
- Entre estancias si se supera una superficie determinada (consultar fabricante).
Las juntas pueden quedar ocultas bajo los rodapiés, por lo que no afectan al acabado estético del suelo.
La importancia del control de humedad
No solo importa dejar espacio para que el suelo respire. También es clave medir y controlar la humedad del ambiente y del subsuelo antes de instalar.
La humedad relativa del aire debe mantenerse entre el 40 % y el 60 %. Y el soporte (solera o base) debe estar completamente seco. De lo contrario, la expansión será mucho mayor de lo previsto y las juntas podrían no ser suficientes.
¿Pueden evitarse estos problemas con otro tipo de instalación?
Algunos usuarios optan por suelos pegados en lugar de flotantes. En estos casos, la madera también se dilata, pero el tipo de adhesivo y la preparación del soporte reducen los efectos de esa expansión.
Aun así, incluso en estos sistemas se recomienda dejar juntas mínimas, especialmente si se usan maderas naturales.
Errores comunes en la instalación
- No medir correctamente la distancia mínima en todo el perímetro.
- Olvidar juntas en columnas o transiciones entre estancias.
- Usar materiales de relleno no flexibles en la junta, como cemento o espuma dura.
Estos errores pueden parecer pequeños, pero con el paso del tiempo generan fallos importantes en el suelo.
Recomendaciones para una instalación sin problemas
Antes de instalar una tarima flotante, conviene revisar las condiciones del ambiente. La humedad del aire y del subsuelo debe ser estable y adecuada.
También se recomienda aclimatar las lamas durante al menos 48 horas en la estancia donde se van a instalar. Esto permite que la madera se adapte antes del montaje.
Por último, es esencial respetar siempre las instrucciones del fabricante, ya que cada tipo de madera tiene un comportamiento diferente ante los cambios climáticos.